la-peseta

La peseta nos ha acompañado toda nuestra vida hasta su cambio por el euro. Ha tenido muchos sobrenombres: rubia, pelona, chica, pela… se ha fabricado en plata, bronce, hierro, aluminio, incluso en cartón.  Ya no tiene ningún valor, ya no se cambia ni en el Banco de España, solo pervive como moneda no oficial en la República Saharahui…

EL ORIGEN DE LA PESETA

En su origen era una moneda de plata barcelonesa acuñada durante la Guerra de Sucesión para financiar el bando del Archiduque Carlos (1706). Equivalía a 2 reales de plata, era una pieza pequeña, en catalán se llamaba “pesseta”. Otros opinan que el vocablo viene del diminutivo de peso.

Durante la guerra de la independencia, en 1808 José I Bonaparte acuñó en Barcelona, por primera vez moneda provincial con el nombre oficial de peseta. en esos años aparecieron en Girona los primeros duros, equivalentes a 5 pesetas. (1807-1814).

Peseta José I Bonaparte

En 1844 se planteó apostar por el real de plata como moneda oficial pero la reforma no se hizo efectiva debido a un cambio de gobierno.

LA UNION MONETARIA LATINA

En 1864 se impuso el escudo de plata frente a los reales. Un año después (1865) se creó la Unión Monetaria Latina liderada por Francia con la intención de implantar una moneda común europea y adoptar el Sistema Métrico Decimal.

Doblones

Dicha unión se mantuvo hasta 1927 cuando las fluctuaciones de las economías nacionales, la oscilación del valor de los metales y el abandono del patrón oro hicieron difícil su continuidad pero en 1979 nuevamente se abordó un intento de disponer de una única moneda para Europa, el ECU.

Hasta 1868 la peseta era una moneda más de curso legal entre más de veinte: los reales, reales de plata, reales de vellón, reales de a 2, de a 8, los medios reales, pesos, pesos de duro, doblones, medios doblones, doblones de a 4… o los Luises, que trajeron los franceses durante la Guerra de Independencia.

Durante el reinado de Isabel II, se acuñaron pesetas para pagar a la soldadesca que combatía contra los carlistas (1ª guerra carlista), a ellos se les empezó a llamar “peseteros”, expresión que sigue usándose hoy en día.

Tras el relevo de Isabel II (1868), durante el gobierno provisional de Francisco Serrano se quería evitar la circulación de monedas con la efigie de Isabel II. Por otra parte, el país deseaba integrarse en la Unión Monetaria Latina.

Se eligió la peseta porque, como el franco y la lira, contenía cinco gramos de plata. Con la peseta como moneda nacional, desapareció el escudo… pero no el real que equivalía a 50 céntimos de pesetas.

LAUREANO FIGUEROLA

   Laureano Figuerola, ministro de hacienda y su subsecretario de hacienda, el barcelonés Joaquim María Sanromà i Creus, implantaron la peseta como moneda oficial en tan solo 11 días.

Laureano Figuerola

Figuerola (1816 -1903) era un catalán de Calaf establecido en Barcelona desde 1823.

Estaba casado con Teresa Barrau, hija de una familia propietaria de la primera fábrica del gas de Girona y viuda a su vez de uno de los miembros de la familia Bosch, dueña de una fábrica de indianas.

Su finca familiar, Can Figuerola, estaba en el entonces pueblo de Horta, al tocar de Barcelona.

Con el nuevo cambio monetario y unas medidas librecambistas como la supresión de aduanas interiores, la liberalización del comercio exterior y una reforma del sistema tributario, se esperaba reflotar la economía del país aunque el sector industrial catalán y los cerealistas se les tiraron encima ya que no querían competir con las empresas extranjeras.

Figuerola escribió en sus Memorias que «unos cuantos fabricantes catalanes y otros tantos ferreteros vizcaínos tenían metido el país en un puño». Su segundo de abordo, Joaquim María Sanromá se quejaba de la actitud de la burguesía industrial que presionaba al gobierno en base a sus intereses privados..

Al final, Figuerola dejó el ministerio para ser, primero senador (1870) y después, presidente del senado (1872) hasta dejar la política (1881) para ser el primer presidente de la Institución Libre de Enseñanza.

Murió el 28 de febrero de 1903.  En cumplimiento de su voluntad tenía que ser enterrado en Girona, junto a su esposa, Teresa Barrau Esplugues, fallecida cuatro años antes (1899).

El 2 de marzo de 1903, su cadáver embalsamado fue acompañado por una comitiva fúnebre hasta la estación de Atocha, donde se cargó en un tren para llevarlo al lugar de su última morada.

El tren llegó a Girona a las once menos cuarto de la mañana del día siguiente. En principio, el sepelio se tenía que celebrar con todos los honores por la tarde…  pero la comitiva que había acompañado el féretro tenía prisa por volver a Madrid.

Para tener tiempo de coger el tren de vuelta, enterraron al muerto a las dos y media sin avisar a las autoridades locales, que, cuando quisieron darse cuenta, el muerto ya estaba en el hoyo y los de la comitiva camino de Madrid.

LA PESETA COMO MONEDA NACIONAL

Primero se acuñaron monedas de 5 pesetas de plata. Cada moneda pesaba 25 gramos, 40 monedas de 5 pesetas pesaban 1 kilo de plata.

La que más circulaba era la de 10 céntimos de bronce. En una de sus caras figuraba un león rampante, para el pueblo, un simple perro, de ahí nació su primer mote: “perra gorda”. La moneda de cinco céntimos, más pequeña, era la “perra chica” (1870). En estos años se empezó a imprimir papel moneda.

Hasta la restauración no volvieron a acuñar monedas de 1 peseta. Amadeo de Saboya (1871-1873) estampó su efigie en las monedas.

«Pelona»

 Se corrió el bulo de que esas pesetas tenían más valor porque pesaban mas ya que la barba del rey sobresalía del listel, el reborde de la moneda.

Durante el reinado Alfonso XII (1883) el Banco de España retiró las monedas de oro para cambiarlas por billetes. A la prematura muerte del rey (1885) su hijo, el futuro Alfonso XIII fue la cara de la peseta aun siendo un bebe. A esas monedas se las llamaba “pelonas” y conforme el príncipe crecía, su efigie cambiaba… “la de bucles”, “la del tupé” y “el cadete”.

En 1920 el Banco de España contaba con la 5ª reserva de oro del mundo, en parte, gracias a su neutralidad durante la Gran Guerra. La peseta de plata siguió como moneda hegemónica.

@rcoyotevelozcarrera3277: Durante la República en 1933-34 se acuñó una peseta en plata en grandes cantidades. Su ley era de 0.835 milésimas. Al parecer y con motivo de la Gran Recesión económica mundial, la plata se encareció enormemente a mediados de los años 30 y la continuidad de las emisiones fue imposible. La mayoría de las monedas se atesoraron ya que su valor en plata superaba su valor facial. Gracias a eso, quitaron mucho hambre en la posguerra. Y también es posible encontrarla en cualquier tienda de numismática a precio asequible y en buena calidad.

Fue en 1935 cuando se cambió el material de plata por el cuproníquel dorado. La peseta adoptó cuerpo de mujer, era la república, de larga melena… ha nacido “la rubia”.

LA MONEDA DURANTE LA GUERRA CIVIL

Durante la guerra civil los dos bandos en contienda tuvieron su propia moneda.

En la zona republicana, conforme se desarrollaba el conflicto, su moneda se iba devaluando. Los precios aumentaron un 2500%… llegaron a usarse provisionalmente sellos-moneda de cartón!

LA CARA DE FRANCO

Las primeras monedas de Franco se acuñaron en Viena en cuproníquel. Durante cuarenta años llevábamos a Franco en el bolsillo.

Las rubias, ahora con su cara, fueron envejeciendo con él hasta que, tras su muerte (1975) adoptaron la faz del nuevo rey y en ocasiones, la reina Sofía.

En 1980, para abaratar costes, se dejó de acuñar moneda en cobre para hacerlo en aluminio.

De cara al mundial de futbol de 1982 se acuñaron monedas para conmemorar el acontecimiento, igualmente aparecieron monedas para celebrar la Expo de Sevilla, los Juegos de Barcelona…Llegó a ser la moneda más variada de Europa, tanto en diseño como en formas.

Con una peseta ya no se compraba nada. Las monedas más comunes en los bolsillos eran las de 100, 200 y 500 pesetas. Las de aluminio eran tan pequeña que aún tuvieron un último mote “lentejas”.

La última emisión fue en billetes, en el 2001. Después de 134 años como moneda oficial, la peseta dejó de circular el 28 de febrero de 2002. Los primeros dos meses de convivieron pesetas y euros pero en 15 días, los más jóvenes se acostumbraron perfectamente a pagar en euros.

Vamos a acabar este capítulo con una anécdota: ¿sabéis como acabaron las 3.000 toneladas de metal? 

Las monedas de 1 peseta se reencarnaron en barriles de cerveza, las de 10, 50 y 200 se convirtieron en tuberías de refrigeración y con las piezas de 5, 25, 100 y 500 pesetas se fabricaron hélices de barco. 

FIN


FUENTES CONSULTADAS/ AGRADECIMIENTOS

https://www.mallorcadiario.com/en-memoria-de-la-peseta-pep-ignasi-aguilo

https://www.libremercado.com/2018-10-19/jesus-lainz-los-padres-catalanes-de-la-peseta-86278/

https://www.eldia.es/opinion/2021/06/30/entierro-expres-padre-peseta-54484565.html

Fernando Diaz Villanueva

Loading

HISTORIA DE LA PESETA

Navegación de la entrada


Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Información básica sobre protección de datos Ver más

  • Responsable: David Minguillon Martín.
  • Finalidad:  Moderar los comentarios.
  • Legitimación:  Por consentimiento del interesado.
  • Destinatarios y encargados de tratamiento:  No se ceden o comunican datos a terceros para prestar este servicio. El Titular ha contratado los servicios de alojamiento web a IONOS que actúa como encargado de tratamiento.
  • Derechos: Acceder, rectificar y suprimir los datos.
  • Información Adicional: Puede consultar la información detallada en la Política de Privacidad.