La historia de Bacardí comienza en 1862 cuando Don Facundo Bacardí Massó, un inmigrante catalán, fundó la destilería de ron más famosa del mundo en Santiago de Cuba.
La expansión internacional de Bacardí comenzó en 1910 con la apertura de sucursales en Barcelona y posteriormente en México en 19312. Durante la Ley Seca en Estados Unidos, el ron Bacardí se convirtió en un importante atractivo turístico para Cuba, consolidando su popularidad.
Inicialmente, la familia Bacardí se opuso a la dictadura de Batista e incluso apoyó a Fidel Castro durante la Revolución Cubana2. José Bosch, entonces ejecutivo de la compañía, acompañó a Castro en su primer viaje a Estados Unidos en 1959. Sin embargo, la relación entre Bacardí y el nuevo régimen se deterioró rápidamente cuando el gobierno comenzó a nacionalizar empresas.
En 1960, el gobierno cubano expropió las instalaciones de Bacardí en la isla2. Anticipándose a estos eventos, la familia tomó medidas para proteger sus activos, registrando las marcas fuera de Cuba y estableciendo operaciones en otros países. Aunque perdieron sus fábricas y cultivos en Cuba, lograron conservar su marca internacional tras una batalla legal.
Tras la nacionalización, Bacardí trasladó sus operaciones principalmente a Puerto Rico, Miami, Bahamas (donde establecieron su sede social y oficinas centrales), México y Brasil2. Esta expansión global permitió a la empresa continuar creciendo fuera de Cuba.
En años recientes, algunos miembros de la familia Bacardí han expresado interés en regresar a Cuba. Facundo Bacardí III, heredero de la familia, ha manifestado su disposición a invertir nuevamente en la isla, aunque reconoce que existen diferencias de opinión dentro de la familia sobre este tema.
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