LA HUELGA DE ALQUILERES DE 1931

1931 huelga de alquileres de Barcelona

La huelga de alquileres de Barcelona en 1931 fue un evento significativo en la historia social y política de la ciudad, surgido en un contexto de rápido crecimiento demográfico y crisis económica. Entre 1920 y 1930, Cataluña recibió alrededor de 350,000 inmigrantes, atraídos principalmente por la demanda de mano de obra para la construcción del metro de Barcelona y la Exposición Universal de 1929[1][2].

## Antecedentes

La inmigración masiva provocó una gran presión sobre la vivienda en Barcelona. Para 1930, la ciudad se había convertido en la más poblada de España, con más del 56% de su población nacida fuera. Las principales regiones de origen de los inmigrantes fueron Valencia, Aragón, Murcia y Andalucía[2].

Para hacer frente a la creciente demanda de vivienda, el Instituto Municipal de la Vivienda construyó entre 1928 y 1931 las primeras barriadas obreras conocidas como «casas baratas». Sin embargo, estas viviendas solían carecer de servicios básicos y estaban alejadas del centro de la ciudad.

## Crisis económica y aumento de tensiones

La situación empeoró tras la Exposición Internacional de 1929 y la subsiguiente crisis económica. La inflación y el desempleo aumentaron, especialmente en el sector de la construcción, lo que llevó a que los alquileres llegaran a consumir hasta el 40% del salario de los obreros.

## Origen y desarrollo de la huelga

El catalizador de la huelga surgió en octubre de 1930 en la Barceloneta, donde los trabajadores de la Maquinista comenzaron a movilizarse para resistir desahucios y exigir alquileres más justos. El Sindicato de la Construcción de la CNT proporcionó el impulso decisivo a la huelga, ya que un 40% de sus 30,000 afiliados se habían quedado en paro tras la Exposición Universal de 1929.

La huelga se expandió rápidamente tras la proclamación de la Segunda República en abril de 1931. El 1 de mayo, la CNT organizó un mitin y una asamblea bajo el lema «Primero de Mayo contra el paro, la inflación y por la rebaja de los alquileres», con 150,000 personas manifestándose ante la Plaza Sant Jaume.

## Demandas y tácticas

Las demandas de los huelguistas incluían:

– Reducción del 40% en los alquileres
– Uso del depósito como primer pago mensual
– Exenciones para desempleados
– Mejoras en la habitabilidad de las viviendas
– Servicios básicos como escuelas, centros médicos y transporte público

Las tácticas de los huelguistas incluían:

– Reconexión de suministros cortados por los caseros
– Reocupación de viviendas tras desahucios
– Amenazas a caseros y alguaciles

## Reacción de las autoridades y propietarios

La Cámara Oficial de la Propiedad Urbana de Barcelona (COPUB) presionó al gobierno para reprimir a los huelguistas, argumentando que 100,000 pequeños propietarios no podían cobrar sus rentas. El gobierno respondió con medidas represivas:

– Ilegalización de la Comisión de Defensa Económica
– Prohibición de mítines
– Detención de líderes del movimiento

## Escalada del conflicto

La situación se agravó en agosto de 1931 cuando Josep Oriol Anguera de Sojo fue nombrado gobernador civil provisional de Barcelona. Sus acciones provocaron una huelga general que movilizó a 300,000 obreros. El gobierno declaró la ley marcial y envió buques de guerra con guardias civiles, resultando en una decena de muertos y más de 300 detenidos.

## Desenlace y consecuencias

La huelga terminó oficialmente en diciembre de 1931, aunque algunas familias continuaron sin pagar alquiler hasta 1948. A pesar de no lograr todos sus objetivos, la huelga tuvo algunos efectos positivos:

– Los caseros no aumentaron los precios
– Se acordaron rebajas en los alquileres
– Se perdonaron meses impagados

Sin embargo, la huelga también aceleró la aprobación de la Ley de Defensa de la República, que otorgaba amplios poderes a las autoridades para reprimir huelgas y asambleas.

## Impacto y legado

La huelga de alquileres de Barcelona de 1931 fue un evento significativo que reflejó las tensiones sociales y económicas de la época. Demostró la capacidad de organización de los trabajadores y la fuerza del movimiento anarquista en Cataluña. Aunque no logró todos sus objetivos, la huelga consiguió algunas mejoras en las condiciones de vivienda y alquiler para los trabajadores, y dejó un legado duradero en la historia del movimiento obrero español.

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