La Nou de la Rambla, antes calle de San Carlos y Conde del Asalto, fue la primera calle moderna del Raval, con adoquines, aceras y alcantarillado. Francisco González de Bassecourt, nombrado Conde del Asalto por Carlos III, ordenó su construcción en 1778. Inaugurada en 1788, dinamizó la zona, llenándose de tiendas, teatros y cafés, atrayendo a burgueses, artistas y bohemios.
En el siglo XIX, fue un centro de actividad con carreras y espectáculos. Destacaron la fábrica de billares de Amorós y espectáculos como el globo cautivo de Lunardi. La calle albergó numerosas fábricas textiles y tabernas, siendo cuna de asociaciones obreras y locales de tertulias como «Lo Niu Guerrer». La Librería Editorial de Manuel Maucci introdujo autores progresistas.
En el siglo XX, durante la Gran Guerra, se convirtió en una extensión del Paralelo, con una fauna variopinta. Academias de baile como la de Gordito vieron surgir artistas como Raquel Meller. La vida nocturna floreció con locales como el Eden Concert y el Bar Edén, frecuentado por músicos negros. También fue famosa por tiendas como Casa Vilardell y la Sombrerería Lluch.
En 1992, los Juegos Olímpicos trajeron cambios, con renovaciones y llegada de inmigrantes. La reforma urbanística del Raval a finales del siglo XX implicó derribos y realojos. En los últimos años, la calle ha sufrido un declive debido al cierre de locales y la gentrificación.