En un capítulo anterior hablamos de la moda capilar desde 1900 hasta 1950. En los años 60 y 70, el peinado se convirtió en una seña de identidad, con estilos como el bob y las permanentes exageradas ganando popularidad, mientras que movimientos como el hippie promovían un look más natural y descuidado.
Los `80 vieron una obsesión por la estética, con peinados voluminosos y el surgimiento de la figura del estilista, creando tendencias y propuestas de temporada.
En los 90, triunfaron los cortes desfilados, escalados y las extensiones, mientras que hacia el final del siglo, la mezcla de culturas y estilos, junto con cambios constantes y atrevidos en formas y colores, marcaron la pauta.
LA MODA CAPILAR DE LOS AÑOS ´60
Los peinados de los años 60 marcaron una época de cambio radical y experimentación en el estilo, reflejando una ruptura con las convenciones anteriores y una búsqueda de libertad en la expresión personal a través del cabello.
James Dean, con sus películas «Al Este del Paraíso» y «Rebelde sin Causa», influyó enormemente en el estilo masculino, inspirando a miles de jóvenes a adoptar su look rebelde y despreocupado.
Para las mujeres, iconos como Marilyn Monroe continuaron influyendo desde los años 50, mientras que Gina Lollobrigida, conocida como «La Mujer más bella del mundo», marcaba tendencias.
Dos peluqueros destacaron por su influencia en esta década: Vidal Sassoon revolucionó el mundo del peinado con su famoso corte de cinco puntas, que se asoció con la diseñadora Mary Quant y el movimiento mod.
Leonard de Mayfair ganó fama por crear el icónico corte de pelo que lanzó a la fama a la modelo Twiggy, definiendo la estética de los 60.
Brigitte Bardot popularizó la coleta alta con el pelo alborotado, un look que capturaba la esencia desenfadada de la época. Los peinados se volvieron más atrevidos, con estilos como el peinado hacia atrás, moños voluminosos.
Hacia finales de los 60, la revolución cultural se intensificó bajo lemas como «prohibido prohibir» y «la imaginación al poder». El movimiento hippie emergió con su filosofía de «paz y amor», influyendo en estilos de cabello más libres y naturales.
Accesorios como las diademas anchas colocadas en medio de la cabeza se pusieron de moda, junto con el cabello peinado hacia atrás y las puntas abiertas.
Las más modernas preferían el estilo «oversize» que buscaba dar un volumen exagerado al cabello. Otra opción radicalmente opuesta fue el flequillo recto.
El look inicial de los Beatles popularizó el cabello más largo y desenfadado para los hombres. Este estilo representaba la rebelión juvenil contra las normas establecidas.
LOS AÑOS SETENTA
Los años 70 fueron una explosión de libertad y experimentación, y la moda capilar no fue la excepción. Si bien el cabello largo seguía siendo el protagonista y con el las pelucas, su estilo evolucionó hacia líneas más rectas y lisas, dejando atrás las melenas voluminosas de décadas anteriores.
El flequillo, por su parte, se desplazó hacia un lado, enmarcando el rostro de una manera más suave y sofisticada. Las mujeres de aquella época se atrevían a lucir la frente despejada, recogiendo el flequillo hacia atrás y revelando una nueva expresión de confianza.
Inspirados en las icónicas «Ángeles de Charlie», los peinados de los 70 se convirtieron en un símbolo de empoderamiento femenino.
Bob Marley popularizó las rastas y Bo Derek causó sensación con su look en la película «10», con un estilo inspirado en los dreadlocks rastafari pero adaptado a su cabello rubio
El rubio platino seguía estando de moda. La democratización de la coloración y la aparición de nuevas técnicas más sencillas y económicas pusieron este deseo al alcance de todas. En Gran Bretaña triunfaban los hermanos Mascolo con su imperio de belleza.
Los hombres salían oliendo a Floid de la barbería Manolo´s abierta en 1854 en la calle Escudellers de Barcelona, la más antígua de España. Aquí destacaron dos maestros de las tijeras se disputaron la clientela más exclusiva: Rafael Pages, Cebado, Llongueras, que abrió el primer salon unisex mientras Iranzo alucinaba con su concepto de “psicoestética”.
LOS AÑOS OCHENTA
Los peinados de los 80 reflejaban una fuerte individualidad y rebeldía. Los peinados hacia atrás con gran volumen se volvieron muy populares. También estaban de moda las cabelleras voluminosas, utilizando geles, fijadores y espumas para dar volumen a sus peinados, y experimentaron con colores de tinte más atrevidos como el azul o el rojo.
Al mismo tiempo, surgieron estilos urbanos alternativos como el skinhead, la estética gótica, los peinados como el mohawk, el uso de tatuajes.
Los yuppies, quienes adoptaron un look más conservador y cuidado, caracterizado por trajes de negocios elegantes y costosos, cabello corto y bien peinado para hombres avanzaba la década, también se popularizaron las permanentes y los peinados cortos y asimétricos, aunque estos últimos se diferenciaban de las tendencias actuales por su falta de armonía.
LOS NOVENTA
La última década del siglo XX fue sin duda la época de los estilos mixtos y del unisex. Entre los peinados más icónicos estaban las trenzas bebé, el blowout, un peinado voluminoso que se lograba con secadores creando ondas fluidas que caían en cascada que se combinaba frecuentemente con flequillos cortina, añadiendo tridimensionalidad al look.
El «heroin chic» se definió no solo por el cabello desordenado, sino también por características como piel pálida y ojeras marcadas, lo que evocaba una imagen de delgadez extrema y un aire casi enfermizo, Kate Moss era la supermodelo de moda.
El “corte de Rachel”, popularizado por Jennifer Aniston en la serie «Friends», se convirtió en uno de los peinados más deseados de la década, con largos desfilados y reflejos luminosos.
Las mechas también eran muy populares, aunque en aquel entonces eran bastante llamativas, a diferencia de las más sutiles y degradadas que se llevan hoy en día.
Cortes como el corte hongo, el French crop y el corte César fueron populares entre los hombres, mientras que las melenas largas con rayas al centro se convirtieron en una tendencia común.
El estilo grunge, impulsado por bandas como Nirvana, dejó su huella con peinados que incluían melenas desordenadas y el famoso tie & dye, que combinaba diferentes colores en el cabello.
Los accesorios para el cabello jugaron un papel importante, con gomas llamativas y horquillas decorativas que complementaban los looks. Las vinchas acolchadas y los scrunchies regresaron, añadiendo un toque divertido a los peinados cotidianos.
Lo que domina el panorama actual son técnicas de coloración innovadoras como el balayage, las mechas y la audaz incorporación de colores fantasía. El cabello no solo se ha convertido en un símbolo de identidad, sino que, más que nunca, es un lienzo para la autoexpresión y la creatividad personal.
Paralelamente, ha surgido una creciente conciencia sobre la importancia de cuidar nuestro cabello y piel, cuestionando tratamientos tradicionales y priorizando la salud capilar.