En la época más gloriosa del Moulin Rouge, Joseph Pujol se convirtió en el rey del espectáculo parisino haciendo de los pedos… un arte. Hablamos de Petomane.
Esta historia empieza en Mataró a mediados del siglo XX. Aquí se casaron Rosa y Francisco, picapedrero de profesión y de aquí partieron hacia Marsella en busca de un futuro mejor. Tuvieron cinco hijos. Uno de ellos, Josep Pujol (1857-1945) es nuestro protagonista.
El adolescente Josep empezó a ganarse la vida como aprendiz de panadero en su Marsella natal. Era el gracioso de su cuadrilla, tenía alma de cómico. ..y tenía una facultad muy particular: Desde muy jovencito desarrolló la capacidad de aspirar aire por el ano y liberarlo a voluntad!
En el servicio militar hizo sus primeras demostraciones a sus compañeros interpretando melodías a base de pedos. Probó a ganarse la vida como cantante, como cómico…pero nada provocaba tantas risas como sus flatulencias.
En 1887 se decidió a alquilar una sala donde presentar su “don singular”. Fue su primer éxito. Casualmente, uno de los espectadores era un empresario de espectáculos que lo contrató para llevárselo a París.
Aquí Josep vivió los años de mayor esplendor de los cabarets y cafés concierto (Le Chat Noir, L’Alcazar, L’Eldorado…) y como despegaba el music-hall: en el Folies Bergère (1869) y el recién abierto Moulin-Rouge (1889).
Ni corto ni perezoso se presentó ante sus propietarios Charles Zidler y Josep Oller… !por cierto, los padre de Oller eran de Terrassa!.
Cuando les interpretó “La Marsellesa” los empresarios se quedaron sin palabras, era inclasificable…!. Lo contrataron en exclusividad. A los pocos días, el 11 de febrero de 1890, debutaba con el sobrenombre de Petomane.
En el escenario aparecía un señor muy serio vestido de gala. De pronto conectaba su ano a un tubo de goma que iba hasta una flauta y empezaba sonar el “Claro de Luna”…los pedos hechos notas interpretaban desde el himno de Gran Bretaña, hasta el del imperio austro-húngaro. Las risas histéricas llenaban la sala!!. El espectáculo no se parecía a ningún otro!!
Petomane imitaba los pedos de una suegra, de una joven, un pedo de novia en la noche de bodas, el pedo de ella al día siguiente… imitaba la artillería, el sonido de unos truenos, una costurera rasgando una tela. Todo París quería ver a la cuadrilla de La Goulue en el Moulin Rouge bailando el can can o comprar unas entradas en el insólito espectáculo de “Le Pétomane que se presentaba dentro del majestuoso elefante hueco construido el año anterior para la Exposición Universal.
En menos de un año se convirtió en el artista mejor pagado de Francia. Cuando Sarah Bernhardt estaba en su apogeo y cobraba 6.000 francos diarios, él ya cobraba 20.000.
Por sus espectáculos desfilaron Sigmund Freud, Eduardo, el príncipe de Gales, Leopoldo II de Bélgica y el príncipe de Orleans. Sus actuaciones se grabaron en discos que se vendieron como rosquillas!.
Durante el último decenio del siglo XIX, su único rival en el escenario era el número de aritmética mental de niño Jacques Inaudi un artista del Teatro Robert-Houdin.
Tras cuatro años de grandes éxitos, Petoman empezaba a cansar al público. Cada espectáculo nuevo era más de lo mismo. En 1894 el Moulin Rouge tuvo la escusa perfecta para despedirlo: Le demandó por haber roto las condiciones del contrato en exclusiva actuando en una función benéfica para ayudar a un amigo en apuros.
Sólo y sin padrinos montó un teatro ambulante, Le Pompadour con el que recorrió Francia y España… pero nunca le dió lo suficiente como para alimentar a sus diez hijos. Ahora apagaba velas con sus ventosidades y creaba una pedorrera sinfónica recreando el terremoto de San Francisco (1906) …pero sólo despertaban sonrisas…
En 1914, al inicio de la Primera Guerra Mundial, Josep y su esposa se retiraron a Marsella donde se ganaron la vida como panaderos. En 1922 montaron una pequeña fábrica de galletas en Toulon. Josep la regentó hasta su muerte, tres meses después de acabar la Segunda Guerra Mundial. Tenía 88 años.
En 1983 Pasquale Festa Campanile estrenó una película basada en su vida Il Pétomane, en la que Ugo Tognazzi hacía de Pujol.
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