El sábado 29 de septiembre de 1934, en el Cementerio Central de Barcelona, se iba a celebrar en el funeral del capitán Eduardo Dalias Charte. Había muerto el día 25 cuando su aeroplano, un Nieuport de la escuadrilla de caza del El Prat, acabó estrellándose en Sarrià durante unas maniobras.
La comitiva fúnebre partió del Hospital Militar de la plaza Castilla hacia la cercana Plaza Cataluña.
Muchos de los oficiales de la Aeronáutica Militar habían llegado a la ciudad para mostrar sus respetos al compañero fallecido. Cinco aviones del “13 Grupo de Caza” de la base del Prat sobrevolaban el cortejo fúnebre arrojando flores como era costumbre en los funerales de los aviadores por aquellos años…
Una de ellas estaba pilotada por el subteniente Rufino Núñez Machado y el mecánico Adolfo Madariaga de la Viña; al sobrevolar la comitiva que estaba en esos momentos en la Plaza Cataluña… el motor de la aeronave empezó a perder gasolina hasta pararse…
!No podían intentar un aterrizaje forzoso en medio de la comitiva y mucho menos en las ramblas que, al ser sábado estaba a rebosar… Fueron planeando con la intención de hacer un amerizaje de emergencia en las aguas del puerto…
El Breguet 12-97 sobrevolaba la parte alta del paseo perdiendo altura hasta rozar las copas de los árboles. Dispararon sus pistolas en un intento de alertar a los paseantes para que se apartaran…
Finalmente chocaron contra una antena del Principal Palace, del que tenemos un vídeo…lo que le hizo variar su trayectoria hasta estrellarse frente al teatro. Eran las tres y cuarto de la tarde.
El impacto fue brutal…el motor se incendió y una de las alas salió despedida hiriendo levemente a un transeúnte, Carlos Tallada… Los aviadores salvaron la vida de milagro. Algunos paseantes enseguida se brindaron para auxiliar a los pilotos heridos mientras una gran masa humana miraba curiosa el insólito acontecimiento.
Mientras los bomberos apagaban la aeronave incendiada tras el choque, los aviadores, fueron trasladados rápidamente en taxis a un dispensario donde, viendo que las heridas eran de gravedad los derivaron al Hospital Militar.
El cabo Madariaga tenía múltiples contusiones, una gran herida en un ojo derecho, conmoción cerebral y visceral y varias vértebras fracturadas.
El subteniente Rufino también había sufrido una conmoción cerebral amén de heridas en la cabeza labio y rodillas…había vuelto a nacer por tercera vez pues ya había sufrido un accidente similar en Villaviciosa de Odón el 30 de julio de 1927 cuando el avión quedó destrozado pero los tripulantes salieron ilesos.
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