VERSIÓ CAT
Más allá de su monumental trayectoria en la música coral, se erigió como un ferviente defensor de la justicia social y la mejora de las condiciones laborales de los trabajadores. Fue detenido en varias ocasiones (1845, 1856, 1866, 1870), e incluso fue deportado. Es uno de los personajes de nuestra historia que más calles tiene a su nombre. Nos referimos a Anselm Clavé.
EL CARLISMO
En la España de 1840, la sombra del carlismo se cernía sobre el recién estrenado reinado de Isabel II. Los partidarios de Carlos María Isidro, hermano mayor de Fernando VII y legítimo heredero al trono según sus propias convicciones. Su lema “Dios, Patria y Rey” (o “Fueros y Rey”) era una declaración de principios políticos que enfrentaba al carlismo con el liberalismo centralista de la época.
Además, abanderaban el mantenimiento de los fueros que otorgaban autonomía a ciertos territorios, como Cataluña, Navarra y las entonces llamadas “Vascongadas”. Apoyados por el clero, los carlistas se estaban haciendo fuertes en las zonas rurales amenazando la estabilidad del gobierno central.
Barcelona, como gran centro industrial, era un microcosmos de las tensiones que agitaban al país. Las condiciones laborales de los trabajadores fabriles eran deplorables. Jornadas extenuantes, salarios ínfimos y pésimas condiciones de higiene eran la norma, alimentando un clima de descontento social. En este contexto convulso, surgió la figura de Anselm Clavé, nuestro protagonista.
JOSEP ANSELM CLAVÉ
Nació en 1824 en Barcelona, en la Calle Ancha, junto a la bulliciosa plaza del Duque de Medinaceli. Desde pequeño, su pasión por la música, heredada de su madre, contrastaba con la dura realidad de la clase trabajadora, forjando en él una profunda sensibilidad social.
Este entorno lo llevó a relacionarse con jóvenes radicales afines al socialismo utópico, el republicanismo y la masonería, como Narcís Monturiol, Abdó Terrades e Ildefons Cerdà. Juntos, crearon el primer diario comunista en Cataluña, “La Fraternidad” (1840-1843), que defendía los derechos de los trabajadores y promovía un cambio social radical.
Inspirados por Charles Fourier, Claude Henri de Saint-Simon, Robert Owen y, sobre todo por el movimiento icariano de Étienne Cabet, montaron una pequeña comunidad solidaria junto al cementerio de Poblenou.
En 1840, tras la Primera Guerra Carlista, la figura de Espartero cobró relevancia. Como progresista, en un principio, fue visto con simpatía por los republicanos catalanes que luchaban por el restablecimiento sus fueros .
El 13 de noviembre de 1842 estalló en Barcelona una insurrección “antiesparterista”. Se rumoreaba que el Gobierno se disponía a firmar un acuerdo comercial librecambista con Gran Bretaña que rebajaría los aranceles a los productos textiles ingleses lo que supondría la ruina para la naciente industria algodonera catalana.
Un incidente en la Puerta del Ángel cuando un grupo de obreros que regresaban de comer intentó pasar al interior de la ciudad una pequeña cantidad de vino sin pagar los “derechos de puertas” fue el detonante para una nueva insurrección a la que se sumó la milicia.
El capitán general, Antonio Van Halen, ordena a sus tropas replegarse al castillo de Montjuïc y a la Ciudadela. Espartero llegó a Barcelona para pactar una rendición…al negarse los amotinados a disolverse, ordenó bombardear la ciudad.
LA JAMANCIA
El fracaso de las reformas liberales y la deriva autoritaria de Espartero impulsaron el crecimiento del republicanismo entre los sectores más radicales del movimiento obrero. En junio de 1843, estallaron las primeras revueltas. En Barcelona adquirió un carácter más radical. Se formó una Junta popular a la que se unieron Anselm Clavé, gran parte de sus cantaires, su hermano y sus amigos (foto de Terradas, Cerda, Almirall…).
Durante el asalto a la Ciutadella (6 de octubre de 1843) Anselm sufrió una grave lesión en el brazo.
La revuelta se intensificó con la intervención militar. Se ordenó la detención de los redactores del periódico “El Republicano”. Las calles se llenaron de barricadas y se produjeron enfrentamientos entre la población descontenta y las tropas.
El ejército amenazó con bombardear la ciudad tal como había hecho el año anterior el general Antonio Van Halen. Lo hicieron desde Montjuïc y la Ciudadela el 3 de diciembre de 1843. El ataque causó entre 20 y 30 muertos y más de 165 heridos.
Espartero había conseguido acabar con la revuelta; pero, con el bombardeo y la dura represión posterior, perdió el «inmenso apoyo social y político que había tenido tradicionalmente en Barcelona.
Un año después, en 1843, O’Donnell, Narváez y Serrano protagonizaron un golpe de estado que obligó a Espartero a exiliarse. Sin embargo, la agitación social continuó.
En 1845 una nueva bullanga prendió en Barcelona con el motivo de la llamada a filas de las quintas. Los líderes del motín, incluidos los hermanos Clavé, Terradas, Cuello y Figueras, fueron encarcelados o exiliados.
En prisión, Anselmo Clavé encontró la oportunidad de reflexionar sobre cómo unir su pasión por la música con la lucha social. Como cabetiano, estaba convencido de que la cultura y la música podían ser herramientas para la educación y la emancipación de los obreros..
Tras su liberación, algunos amigos tertulianos del Bar de la Granota le animaron en su idea de formar una rondalla. Así nació La Sociedad Filarmónica La Aurora, compuesta por una veintena de trabajadores (1845). Fue tal su éxito que en 1850, Clavé fundó junto a 40 cantaires republicanos del barrio de la Barceloneta la primera coral del Estado, La Fraternidad. En pocos años reunió a más de 1000 miembros.
Las ideas socialistas de los cantaires representaban una amenaza para el orden establecido, y las autoridades de Barcelona suspendieron los bailes, alegando que fomentaban la vagancia. Los patronos temían que los trabajadores se organizaran en su contra y, en última instancia, contra el gobierno.
LA VICALVARADA
En diciembre de 1853, Clavé reanudó sus conciertos en los Campos Elíseos, desafiando las restricciones… a pesar de que todos sabían que algunos miembros de la Fraternidad eran miembros de la Milicia Nacional tan perseguida por las autoridades.
En 1854, el golpe de estado del general Leopoldo O’Donnell, conocido como La Vicalvarada, derrocó al gobierno del Conde de San Luis e inició el llamado Bienio Progresista (1854-1856) en un clima político estaba muy crispado.
El 14 de julio de 1854, un conflicto estalló en la fábrica textil barcelonesa “La España Industrial”, extendiéndose rápidamente por otras fábricas. Los obreros, indignados por la pérdida de empleos y la reducción de salarios, incendiaron varias fábricas textiles.
LA BULLANGA DE 1856
En 1856, durante cuatro días, la ciudad se convirtió nuevamente en un escenario de barricadas y enfrentamientos armados contra el general Zapatero al que apodaban “cuatro tiros”. El ejército ocupó las ramblas y sus aledaños. La vila de Gràcia fue el epicentro de los eventos más graves, aquí 18 milicianos fueron fusilados frente al palacio de la Virreina.
Las autoridades detuvieron a los hermanos Clavé y los llevaron ante el general Zapatero. Antoni Clavé, conocido por su carácter impulsivo, no pudo contener su indignación y se enfrentó al general. Esta reacción les costó a los hermanos el exilio a Mahon.
Confinados, Anselm recibió noticias de que su hija Enriqueta sufrió una conmoción cerebral. Regresaron a Barcelona en secreto, pero las autoridades los encontraron y los llevaron ante el general Zapatero.
Clavé explicó la grave salud de su hija, y el general, afectado por la situación de su propia hija, se conmovió y decidió liberarlo con la condición de abandonar su activismo político. Clavé, fiel a sus convicciones, respondió firmemente: “saldré de aquí tan republicano como entré”.
En 1856, Clavé refundó La Fraternidad como Sociedad Coral Euterpe y arrendó terrenos junto a los Jardines de la Ninfa para construir un auditorio propio, los Jardines de Euterpe (1857-1868), donde se celebraban conciertos, ensayos y actividades culturales.
A partir de 1859, Clavé se involucró en el movimiento de La Renaixença, comenzando a componer obras en catalán. En 1860, fundó la Asociación Euterpense para promover la creación y difusión de la música coral catalana. Ese año su amigo, el ingeniero Ildefons Cerdà consiguió finalmente que su plan del Eixample fuera aceptado.
El presidente del gobierno de la Unión Liberal, Leopoldo O’Donnell, intentó formar un gobierno de centro-izquierda aliándose con republicanos moderados para contrarrestar a carlistas y progresistas radicales, pero dimitió en 1866 debido a la negativa de la reina Isabel II a disolver las Cortes.
Ese año el Pacto de Ostende (1866) unió a Progresistas y Demócratas para coordinar un levantamiento militar contra el gobierno, con Prim y Serrano como figuras clave.
En 1867, Josep Anselm Clavé fue arrestado y encarcelado en la prisión del Saladero de Madrid durante cuatro días, con el gobierno considerando su deportación a Filipinas. Durante su reclusión, su hija menor Enriqueta enfermó gravemente y murió sin que él pudiera estar con ella.
Sin embargo, la reina Isabel II, a quien Clavé había conocido años atrás en Montserrat, intervino a su favor. Gracias a su mediación, Clavé fue liberado y pudo asistir al funeral de su hija.
En 1868, Clavé regresó a Barcelona y reanudó sus espectáculos en los jardines del Tívoli del naciente Passeig de Gràcia.
La ciudad estaba en un clima pre-revolucionario y se convirtió en el bastión del republicanismo federalista durante el Sexenio Democrático (1868-1874). Las juntas catalanas, principalmente republicanas, exigían sufragio libre, abolición de las quintas y los consumos, y el derribo de la Ciutadella, símbolo del absolutismo borbónico.
La tensión política estaba apunto de explotar en la revuelta llamada “La Gloriosa”. El 18 de septiembre de 1868, en Cádiz empezó el golpe que acabó con el exilio de Isabel II. Su reinado había sido una sucesión de 60 presidencias en 35 años.