LOS ICARIANOS DE POBLENOU
ELS ICARIANS DE POBLENOU
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SOCIALISTAS UTÓPICOS
Antes de Marx, un grupo de idealistas soñaron con una sociedad perfecta en la ciudad condal. Eran obreros e intelectuales como Anselm Clavé, Ildefons Cerdà y Nacís Monturiol, unidos por un ideal común: la igualdad.
La Liga de los Comunistas fue una organización revolucionaria que luchaba por abolición de la propiedad privada para instaurar una sociedad igualitaria (1847) pero es importante recordar que no fue la primera. El comunismo icariano fue mucho más popular y tuvo un mayor impacto en la sociedad.
ETIENNE CABET Y LOS ICARIANOS
En 1830, el filósofo y socialista utópico francés Etienne Cabet publicó “Viaje a Icaria”, una novela que describía una sociedad ideal basada en la igualdad, la cooperación y la paz.
Esta obra, que cautivó a muchos, no surgió de la nada, sino que bebió de las ideas de la Ilustración, un movimiento intelectual del siglo XVIII que encendió la antorcha del progreso en Europa.
LA BARCELONA ICARIANA
Barcelona fue un campo fértil para la difusión de sus ideas ya que en las décadas de los 30 y 40 del siglo XIX era la única ciudad española donde existía un proletariado industrial numeroso.
En 1847 se fundó en Barcelona una sección Icariana que llegó a contar con más de 1.000 miembros. Su órgano central estaba en París, dirigido por el mismo CABET.
LOS MIEMBROS MÁS DESTACADOS
Joan Rovira, médico barcelonés, residente en Calaf, representó á a todos los icarianos catalanes y dió a conocer la propuesta que Cabet tenía para crear una sociedad igualitaria en la joven América.
Abdó Terradas,era un republicano e icariano convencido. Había publicado en 1839 la obra de Cabet “Revolución francesa de 1830“…En 1849, el grupo publicó una traducción al castellano de su “Viaje a Icaria”.
El grupo tomó forma en 1848. Propagaba sus ideas a través de la revista “La Fraternidad” editada por Narcís Monturiol, uno de los lideres del movimiento. Duró un suspiro pues fue clausurada por alentar a la revolución…pero sus miembros no se desalentaron.
Ceferino Tresserra difundía las ideas de Charles Fourier y Etienne Cabet a través de sus escritos. Había fundado una sociedad secreta según el modelo carbonario (1858).
Anselm Clavé también estaba en el epicentro de los cabetianos. Convirtió su pasión por la música en un instrumento de reivindicación social y cultural. La fundación de una sociedad coral obrera “La Aurora” representó el inicio del movimiento coral en España.
Ildefons Cerdà, era otro lider cabetiano. Dejó una huella imborrable en la Barcelona moderna. Su cuadrícula del Plan Cerdà pretendía desterrar los barrios marginales y crear un espacio urbano homogéneo, donde la distinción social no se marcara por la ubicación residencial.
Sin embargo la burguesía pujante que pretendía distinguirse de la clase trabajadora, subvirtió los principios del Plan. La construcción de edificios lujosos convirtió la cuadrícula en un espacio de segregación social.
LA NUEVA ICARIA DE POBLENOU
En 1847, los icarianos se establecieron en un terreno cerca del cementerio de Poblenou al que bautizaron como Nueva Icaria. Durante un año se convirtió en una comunidad utópica.
Icaria es el nombre de una isla griega real ubicada en el mar Egeo, cercana a Samos. Según la tradición, Ícaro, hijo de Dédalo, cayó al mar en este lugar tras volar demasiado cerca del sol.
LA AVENTURA AMERICANA QUE FINALMENTE NO PUDO SER
El 3 de febrero de 1848, un grupo de 65 icarianos catalanes, entre ellos el médico Juan Rovira i Corista y el hermano de Narcís Monturiol, emprendieron un viaje épico desde el puerto de El Havre con destino a Texas.
Tras 73 días en alta mar, el 27 de marzo de 1848, los icarianos finalmente desembarcaron en Nueva Orleans. La ciudad, vibrante y multicultural, les brindó un breve respiro antes de continuar su viaje hacia Texas, Esta vez por tierra, hacia el estado de Texas. Atravesaron pantanos, bosques y ríos, enfrentando las inclemencias del tiempo y la hostilidad de algunos colonos.
Finalmente, en diciembre de 1848, los icarianos llegaron a su destino final en los alrededores de la actual Justin y quince millas al norte de Fort Worth. El mismo Cabet había negociado un contrato con la Peters Land Company para hacerse con un millón de acres. (31/5/1848). Aquí fundaron su comunidad utópica: “Icaria”. Enseguida los seguidores del nuevo mesías se vieron defraudados.
El contrato contenía condiciones imposibles y casi ridículas que Cabet, inexplicablemente, había ocultado: las tierras no estaban situadas a lo largo del río, como se les había prometido, lo que dificultaba su acceso. Además, en lugar del millón de acres prometido, el contrato solo les daba acceso a 100.000 acres, divididos en cuadrados de media milla desconectados entre sí. Para colmo, los colonos solo podían reclamar las plazas alternas si antes del 1 de julio de 1848 habían construido cabañas individuales, un plazo irrealizable dadas las circunstancias.
La noticia de la Revolución de febrero de 1848 en Francia sacudió los cimientos del grupo. Algunos colonos, motivados por el espíritu revolucionario, pensaron en volver a Francia para unirse a la lucha. La disyuntiva dividió al grupo.
Muchos abandonaron la aventura. Otros 280 miembros siguieron al lider hasta Nauvoo, Illinois, donde Cabet compró unas tierras a los mormones. En 1856 marcharon a Saint Louis (Missouri). En 1860 los icarianos que aún quedaban llegaron a Iowa. La última comunidad, la Icària-Speranza se dispersó en territorio de Cloverdale, California en 1898.
En otros capítulos descubriremos otras facetas de Anselm Clavé.