Entre 1876 y 1886, varios factores confluyeron para que Barcelona viviese su decenio dorado financiero. Narcís Oller describió el fenómeno como “la fiebre de oro”. …
BONANZA ECONÓMICA
La llegada de la plaga de la filoxera había acabado con las viñas de América del Norte, Asia y Europa. Las exportaciones del vino blanco catalán a Francia (1860) crecieron como la espuma del champán. ¡No se producía vino suficiente ante tanta demanda!.
El sector textil tenía para sí el inmenso mercado peninsular y americano gracias a las medidas proteccionistas del gobierno.
EUFORIA CONSTRUCTIVA
Los grandes financieros vivían momentos de euforia. En la Bolsa de Barcelona cambiaban de manos las acciones de los grandes capitales. Todo era comprar y vender. El Banco de Barcelona (1845) y posteriormente el Hispano-Colonial (1876) focalizaron parte del capital…
El Banco Hispano Colonial (1876) fue el primer banco de Cataluña que se constituyó como sociedad anónima. Era un banco de descuento, préstamos, depósitos, cobros y cuentas corrientes. Éstos dos bancos cubrieron las necesidades financieras de la industria, sobre todo la textil y financiaron las grandes infraestructuras de Barcelona.
GRAN DESARROLLO DE LA INDUSTRIA Y OBRAS PÚBLICAS
En 1875 se fundaba la Compañía de los Ferrocarriles de Tarragona a Barcelona y Francia, en 1878 se abría la línea férrea hacia Girona y Portbou para enlazar con Francia.
El barrio de Sant Antoni fue el que más vio crecer industrias debido a su cercanía con la ciudad vieja. Entre Gracia y Sant Martí se abrieron industrias como La Sedeta (1889) o la Editorial Ramirez-Herrich (1886).
Se tenían que levantar nuevos mercados municipales con estructura de hierro por media Barcelona: el mercado del Born (1876), el de Sant Antoni (1882), el de la Barceloneta (1884), el del Clot (1889) o el de la Abacería de Gracia (1892).
Había que pavimentar calles, poner en marcha una red de transporte público, construir un astillero civil en la playa de Casa Antúnez (1886)…
El paseo de Gracia fue despidiéndose de los espacios de ocio como El Criadero o los Campos Elíseos para construir pisos de lujo en alquiler, mucho más rentables para los propietarios. Los bajos se destinarían a empresas vinculadas a bienes de consumo como sastres, tiendas de muebles, artes gráficas… El Ensanche iba extendiéndose por el llano. Era una hoja en blanco para proyectar la nueva Barcelona.
Donde antes estuvo la Ciudadela, el maestro de obras Josep Fontseré, estaba creando unos jardines que serán la admiración de los visitantes de la próxima exposición. Se comunicarán con la rambla a través del Paseo de Isabel II que culminará con un imponente monumento a Colón.
INVENTOS REVOLUCIONARIOS
No paraban de llegar nuevos inventos desde el extranjero: Francesc Dalmau y su hijo Tomás habían traído de Londres un gramófono Bell, lo presentaron ante los miembros de la Real Academia de Ciencias Naturales (1878).
Fueron pioneros de la telegrafía y la telefonía (1877), que posibilitaron el continuo contacto entre las industrias y sus sedes, que permanecían en la ciudad vieja.
En 1883 abrió la primera empresa eléctrica de España, la Sociedad Española de Electricidad.
Las lámparas eléctricas, por ahora, sólo iluminaban algunos centros oficiales y establecimientos de renombre como los Almacenes El Siglo. Le costó lo suyo mantenerse porque el gas de la empresa Lebón (1840) era muy barato y las industrias ya tenían sus propias máquinas para funcionar.
La ciudad parecía estar en obras permanentes. La fiebre constructiva iba a convertir una Barcelona provinciana en una Barcelona moderna e internacional. El examen era la próxima Exposición Universal (1888).
El Liceo era la pasarela de los burgueses, políticos, grandes industriales e inversores. Gustaban de distinguirse rodeándose de lujo y ostentación. Las damas compraban sus vestidos en París, coleccionaban joyas de Masriera o pinturas de Modest Urgell o Francesc Miralles, mientras que el proletariado casi no podía subsistir. Las jornadas laborales se eternizaban ocupando, sobre todo, a mujeres y niños. La mayoría de los trabajadores urbanos abrazará las ideas del socialismo y el anarquismo que atormentarán a los industriales por muchos años.
1882 LA FIEBRE DE ORO FUE UNA BURBUJA BURSATIL
La bonanza parecía no tener fín… La primera señal vino en 1879 cuando la filoxera atravesó los Pirineos para infectar también las viñas catalanas, que hasta 1889 no se recuperarán, miles de campesinos llegaron a Barcelona para trabajar en las obras de la exposición….
En 1882, el año que se ponía la primera piedra de la Sagrada Familia y se estaba empezando a levantar el monumento a Colón, sobrevino una crisis en la bolsa de París que arrastró al mercado de valores de casi toda Europa.
En Barcelona había 18 pequeñas entidades bancarias, las más importantes ya las hemos mencionado: el Banco de Barcelona y el Hispano Colonial. La banca cayó en barrena. La fiebre de oro había sido una burbuja bursátil.
Arrastró a los inversores más débiles, que se quedaron sin un duro…los proyectos para la transformación del Ensanche se vieron por ello ralentizados.
Además, un cambio de gobierno favorable al librecambio, eliminó el proteccionismo instaurado por los borbones.
Al final, los industriales catalanes, consiguieron que el presidente de Gobierno, Joan Prim, mantuviese un 35% más caros los productos importados para dar un mercado en exclusividad y sin competencia exterior a la industria textil de Cataluña, los cereales de Castilla y la industria siderúrgica …Prim morirá asesinado poco después (1870) en la calle del Turco de Madrid.
El algodón cubano pagó el pato de la crisis. Muchos hacendados consideraron que la única vía para la supervivencia de su industria era la secesión de la isla.
En 1891 se derogó definitivamente la ley de Laureano Figuerola y se puso freno a los productos importados… hasta 1893 cuando el gobierno firmará tratados comerciales con Alemania, Italia y Gran Bretaña abriéndose la veda de la competencia internacional.
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AGRADECIMIENTOS
Museu d´Història de Catalunya
Federico Ruiz
BNF
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