La Línea Maginot fue una impresionante obra de ingeniería construida por Francia tras la Primera Guerra Mundial con el objetivo de protegerse de una posible invasión alemana.
Durante la 1 Guerra Mundial, Francia sufrió mas de un millón medio de bajas entre muertos y heridos.
El Tratado de Versalles, concebido como un dique de contención para las ambiciones alemanas, creo grandes reticencias en Europa. Los franceses, inquietos ante la posibilidad de un resurgimiento militar de Alemania e Italia, optaron por levantar un gran cinturón defensivo que se extendía a lo largo de la frontera franco-alemana.
La idea surgió en 1919 en una discusión entre el primer ministro francés Georges Clemenceau y el mariscal Philippe Pétain, jefe del Ejército. Fue concebida por el ministro de Defensa francés, André Maginot (1928).
Aunque Maginot fue relevado de su puesto como ministro de Guerra por Paul Painlevé, su visión estratégica de defensa perduró. Colaborando estrechamente con su sucesor, continuó impulsando el proyecto de la Línea Maginot.
El Alto Mando francés tenía un plan: invadir el territorio belga en caso de una agresión alemana, anticipándose al enemigo y frustrando así su avance hacia Francia.”
Esta impresionante obra de ingeniería militar se caracterizó por su extensión, complejidad y alto costo, estimado en unos 6.000 millones de francos, una suma astronómica para la época.
Iniciada en 1929, la construcción se prolongó hasta 1936, abarcando aproximadamente 400 kilómetros a lo largo de la frontera franco-alemana.
Contaba con 19 fortificaciones de artillería principales y una extensa red de túneles y trincheras interconectados, equipados con trenes subterráneos para el movimiento de tropas y suministros.
Los fuertes estaban construidos de hormigón armado y acero, y estaban dotados de cañones, ametralladoras y morteros. Además, incluían instalaciones como almacenes de munición, provisiones, hospitales y otras facilidades para la tropa, lo que permitía a los soldados moverse de manera segura a lo largo de la línea.
La declaración de neutralidad de Bélgica en 1936 creó un potencial punto débil en el flanco norte de Francia, lo que llevó a las autoridades a acelerar las obras de fortificación, priorizando la defensa en la frontera con Alemania.
Estaba diseñada para detener un ataque frontal, pero no estaba preparada para otros tipos de ataques, como los ataques por el flanco o los ataques aéreos.
REPUBLICANOS ESPAÑOLES EN LA LINEA MAGINOT
Desde 1936 más de 400.000 refugiados republicanos españoles se exiliaron a Francia y fueron acogidos provisionalmente en campos de refugiados como el de Argèles-Sur-Mer o Saint Setienne, al otro lado de la frontera española.
Las expectativas de los milicianos españoles internados en los campos franceses eran muy limitadas, ya que no podían regresar a España. Con la certeza de que Francia entraría en guerra contra la Alemania nazi, más de 12,000 de ellos se alistaron en las Compañías de Trabajadores Extranjeros (CTE).
Estas compañías fueron creadas para captar mano de obra barata entre los refugiados españoles. Cuando estalló la Segunda Guerra Mundial, el alistamiento en las CTE se convirtió en una necesidad casi obligatoria para muchos de estos milicianos.
Cada compañía constaba de 250 hombres. Se cobraban 50 céntimos de franco al día como dinero para gastos, buena ración de comida, cama, ropa de trabajo, sellos para escribir a la familia y cigarrillos. Descansaban de día paseando o viendo películas y trabajaban por las noches.
Francesc Boix fue uno de aquellos trabajadores. Sus fotografías posteriores del campo de Mauthausen sirvieron como pruebas del magnicidio nazi en los juicios de Nuremberg.
Cuando estalló la guerra, zona fronteriza con Bélgica era un flanco crítico pues todos los esfuerzos se habían puesto en acabar la Línea Maginot.
En lugar de enfrentarse directamente a esta línea fortificada, los alemanes ejecutaron una audaz maniobra doble: atacar por las Ardenas, una región montañosa considerada intransitable para vehículos blindados y fingir un ataque por Bélgica como señuelo.
Alemania, invadió a toda velocidad Holanda, Bélgica y Luxemburgo (mayo de 1940). En tan solo dieciocho días, la resistencia belga se quebró. Flanquearon la Línea Maginot donde no se disparó ni una bala. La operación fue una guerra relámpago. En 46 días el ejercito francés fue arrollado por el alemán. Francia se rindió el 22 de junio de 1940.