Entre 1936 y 1938 miles de jóvenes idealistas de más de 50 países dejaron atrás a sus familias para venir a España a luchar en una guerra extranjera. Lo hicieron sin recibir ninguna paga y sin el apoyo de sus gobiernos, sólo por solidaridad, para acabar con la sombra del fascismo. Seguro que, para bien o para mal, vivieron la mayor experiencia de sus vidas.
EL ALZAMIENTO
El 17 de julio de 1936 Los generales Sanjurjo y Mola se revelaron contra el gobierno del Frente Popular. Las noticias corrieron entre los cuarteles de toda España. En cuestión de horas el ejército republicano se había dividido a favor de la legalidad o del alzamiento. En pocos días los sublevados ya controlaban la parte occidental de la península ibérica. La guerra había empezado!.
LA INTERVENCION INTERNACIONAL
— Los gobiernos de Gran Bretaña, Francia y Estados Unidos no querían meterse en el conflicto español, porque tenían miedo de que la guerra se extendiera a otros países. El Comité de No Intervención hizo que la única ayuda que recibió el ejército español de ellos fue la humanitaria, en forma de donativos, alimentos, medicinas y ropa.
La ayuda alemana e italiana a los sublevados fue uno de los motivos por los que la Unión Soviética de Stalin envió fuerzas de apoyo al gobierno republicano. El armamento ruso, los aviones y los barcos llenos de viveres fueron un alivio provisional para un ejército obsoleto. Los rusos, a cambio, solicitaron la purga de los anarquistas y trotskistas del gobierno central y de el de la Generalitat.
La izquierda civil de todo el mundo no se quedó callada y si se pronunció a favor del gobierno republicano legalmente establecido. Muchos intelectuales se mojaron y manifestaron su repulsa contra los golpistas: André Malraux (filmó «L’Espoir»), Wystan Hugh Auden, John Dos Passos, Saint-Exupéry, Virginia Woolf, Thomas Mann y Neruda.
Algunos incluso vivieron en primera persona la guerra para reflejar sus vivencias en imágenes o en palabras: Walter Reuter, el matrimonio Capa, Hemingway, Errol Flynn o George Orwell.
Las Brigadas Internacionales no fueron los primeros combatientes extranjeros en la Guerra Civil Española. Las primeras unidades de extranjeros leales a la República se formaron nada más producirse el alzamiento.
LA OLIMPIADA POPULAR EN BARCELONA
Algunos llegaron para asistir a la Olimpiada Popular que se iba a celebrar en Barcelona justo el día del alzamiento. La Generalitat de Cataluña había convocado a La Olimpiada Popular a los atletas de izquierdas de todo el mundo. Era una «olimpiada paralela y alternativa» a los Juegos Olímpicos de Berlín, que se celebraban ese mismo año en la capital nazi.
Junto a los atletas llegaron también periodistas y traductores de todo el mundo para cubrir el evento, que al final no se celebro.
La idea de unirse a la lucha contra el fascismo se puso en marcha de manera espontánea y fue finalmente organizada por la Internacional Comunista. Fueron las Brigadas Internacionales las que estuvieron en el frente desde los primeros momentos.
Eran enfermeras, mecánicos, buscavidas y otros. Algunos tenían experiencia bélica, ya que habían sido combatientes en la Primera Guerra Mundial. Entre aquellos voluntarios estaban el nieto de Darwin, George Orwell, el futuro presidente de Yugoslavia, Tito, y el futuro canciller alemán Willy Brandt.
LA LUCHA
Los voluntarios que se unieron a las Brigadas pronto descubrieron que el ejército republicano era muy diferente al que esperaban. Estaba compuesto por milicias, muchas de las cuales no tenían formación militar. La inexperiencia y la falta de disciplina fueron una ventaja para los sublevados, apoyados por la poderosa aviación alemana.
El gobierno republicano, presidido por Francisco Largo Caballero, pretendía integrarlas en el ejército regular, pero los brigadistas exigieron mantener su autonomía y su identidad internacional. Finalmente, a finales de octubre de 1936, se crearon oficialmente las Brigadas Internacionales, con una estrella de tres puntas como emblema.
EL CUARTEL GENERAL EN ALBACETE
Su cuartel general se estableció en Albacete, donde recibían una breve formación militar antes de ser enviados al frente. André Marty, dirigente del Comintern, fue el encargado de supervisar y controlar a los brigadistas, sometiéndolos a un riguroso interrogatorio para evitar la infiltración de espías o disidentes políticos.
Los aproximadamente 40.000 brigadistas procedían de más de 50 países, de ellos unas 700 fueron mujeres. Su papel fue crucial para intentar frenar el avance de los rebeldes fascistas como fuerzas de choque, especialmente en el frente de Madrid.
BRIGADAS Y BATALLONES
El cuerpo se organizó en Brigadas y estas en batallones.
las Brigadas Internacionales participaron en algunas de las batallas más sangrientas de la guerra, como la del Jarama o la de la Ciudad Universitaria. A pesar de sufrir muchas bajas y carecer de apoyo aéreo, resistieron con valor y determinación el asedio de las tropas de Franco. Su grito de «¡No pasarán!» se convirtió en un símbolo de la defensa de la democracia y la libertad.
Una de las brigadas más populares fue la Brigada la Marsellesa, compuesta por franceses, belgas y suizos, que participó en varias batallas decisivas como la de Guadalajara, donde se enfrentó a las tropas italianas del Cuerpo de Voluntarios. Allí se utilizaron por primera vez los hospitales móviles, que permitieron salvar muchas vidas de combatientes heridos que antes morían en el traslado a los hospitales.
Otra unidad destacada fue el Batallón Garibaldi, formado por italianos antifascistas que escaparon de la dictadura de Mussolini. Este batallón se integró en la XII Brigada Internacional y combatió en el frente de Aragón junto a las milicias anarquistas y del POUM, que defendían la revolución social. Intervino en las batallas de Brunete y Teruel, donde sufrieron muchísimas bajas.
El Batallón Lincoln compuesto por casi tres mil estadounidenses. Formó parte de la XV Brigada Internacional, junto al Batallón Británico. Fueron enviados a Brunete y más tarde al frente de Aragón, donde tomaron parte de las batallas de Belchite, Quinto, Teruel y en la ofensiva del Ebro. Murieron unos 1000 voluntarios… Fueron espedidos con todos los honores en Barcelona el 28 de oct de 1938.
las Brigadas Internacionales se enfrentaron a condiciones extremas: falta de armas, de comida, descanso…Las batallas del Ebro y del Segre fueron decisivas para el desenlace de la guerra a favor de los rebeldes.
CHINOS EN LA GUERRA CIVIL
Un episodio de la guerra civil poco conocido fue la intervención de soldados chinos. Lo que conocemos sobre el tema se lo debemos al matrimonio Tsou, un matrimonio de investigadores chino-estadounidenses que han realizado una importante labor para dar a conocer la historia de los chinos que lucharon en la Guerra Civil Española. Según ellos los chinos llegaron en 1937. Eran un grupo de voluntarios enviados por el Partido Comunista de China para apoyar al bando republicano.
Los chinos lucharon en varias batallas importantes, incluyendo la batalla del Ebro. También participaron en la resistencia en Cataluña. Al final de la guerra, los supervivientes se vieron obligados a huir del país. Algunos de ellos se instalaron en Francia, mientras que otros regresaron a China.
LA DESPEDIDA DE LAS BRIGADAS INTERNACIONALES
El 23 de septiembre de 1938 fue el último día que combatieron las Brigadas. Dos días antes, el presidente Negrín había anunciado su retirada ante la Sociedad de Naciones, como gesto de buena voluntad para negociar la paz. Los brigadistas se sintieron traicionados y abandonados por la causa que habían defendido con tanto sacrificio!!
Unos 10.000 brigadistas habían muerto en combate, muchos supervivientes, decepcionados y desmoralizados desertaron para no ser fusilados. Algunos de aquellos combatientes no volvieron a sus hogares, siguieron luchando por sus ideas infiltrados en la resistencia francesa contra los nazis.
Barcelona rindió un emotivo homenaje a las Brigadas Internacionales el 28 de octubre de 1938. Los representantes del gobierno republicano y catalán, entre ellos Manuel Azaña, Lluis Companys, Diego Martinez Barrio Dolores Ibarruri y Juan Negrin, agradecieron la valentía de los brigadistas.
Más de 200.000 barceloneses llenaron la Avenida 14 de abril, hoy Diagonal, para despedir a los voluntarios internacionales con aplausos y flores. El desfile de las brigadas internacionales partió del Palacio Presidencial, en Pedralbes, y recorrió la avenida Diagonal, hasta llegar al Paseo de Gracia y la Plaza de Cataluña.
1938, FRANCO ENTRABA EN BARCELONA
Menos de un mes después, el 15 de noviembre de 1938 el ejercito republicano iniciaba la retirada de Flix y el 26 de enero de 1939 Franco entraba en Barcelona. Fue el final de una larga guerra que dejó más de medio millón de muertos y una profunda herida en la sociedad española. Puede decirse que la guerra civil española fue la última guerra romántica y la primera batalla de la Segunda Guerra Mundial.
https://www.vilaweb.cat/noticies/la-gran-historia-completa-de-les-brigades-internacionals/
Josep Manuel Eafí i Roig
Archivo Provincial de Albacete
FOTOGRAFÍAS: Delespro, Agustí Centelles, Hans Gutman, Francesc Casals, Robert Capa,
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