EL NACIMIENTO DE UNA REBELIÓN

En los años 60, nuevas ideas estallaron como bombas de colores en un mundo gris. El terreno estaba listo: la generación beat de los 50 había encendido la chispa, y la guerra de Vietnam la convirtió en incendio. De las cenizas del conformismo surgió un movimiento subterráneo, un grito de guerra pacífico: el underground.

EPICENTROS DEL CAMBIO

San Francisco, Nueva York, Ámsterdam, Copenhague, ciudades donde la vida rompía moldes, incubadoras de movimientos que pateaban el sistema. En España, la resistencia no solo apuntaba al franquismo: aquí el enemigo también era el «sistema».

BARCELONA FIESTA DE LIBERTADES

Barcelona no se quedó mirando. En 1973, la ciudad vibraba con una nueva generación de jóvenes que renegaban de dogmas y abrazaban el caos creativo. Libertad, amor y paz era su mantra. Feminismo, revolución sexual, ecología, naturismo… Todo entraba en el cóctel de una nueva manera de entender la sociedad.

LAS COMUNAS: UN SUEÑO COMPARTIDO

Muchos se lanzaron al sueño colectivo de las comunas: buena onda, amor libre y mandando a la mierda las reglas oxidadas de la familia tradicional. El amor fluía como agua, sin frenos ni barreras. Pero lo que empieza con vibras altas a veces termina disipándose como el humo de un porro.

MÁS ALLÁ DE LAS FRONTERAS

Otros se apuntaron a comunidades alternativas internacionales inspiradas en la no violencia de Ghandhi: fue el caso de Arco Iris o El Arca, fundada por Lanza del Vasto.

EL VIAJE: BUSCANDO LA CHISPA DIVINA

Los más aventureros, a menudo con billetes de papá en el bolsillo, soñaban con emular a los Beatles y los Beach Boys, que habían encontrado su gurú en el Maharishi en el ’68. Los menos afortunados decidieron peregrinar con sus Citroën 2CV, furgonetas destartaladas y algunos incluso en auto stop, hacia Dharamsala, Nueva Delhi o Goa.

IBIZA Y FORMENTERA: EL PARAÍSO MÁS CERCA

Cuando el camino a Afganistán se cerró con la invasión soviética, muchos giraron hacia Ibiza y Formentera siguiendo los pasos de Pink Floyd, Nico o Bob Dylan, que paso una temporada en la casa del faro. En las playas, los cuerpos desnudos celebraban la vida, borrando fronteras de género, nacionalidad o pasado. Nadie sabía quién eras pero daba igual, todos compartían el mismo «rollo».

BARCELONA: LA PUERTA AL PARAÍSO

Para llegar al edén, Barcelona era parada obligatoria. Las Ramblas, el Barrio Chino, la Plaza Real y los alrededores del puerto eran como un imán para viajeros cargados de mochilas y sueños, con el cabello ondeando en el viento. En esos rincones se encendía el ritual: hierba y tripis, sacramentos para expandir la conciencia, inspirados en las visiones de Aldous Huxley y otros exploradores del infinito interior.

IDEAS QUE ABRÍAN MENTES

La contracultura no solo se fumaba y escuchaba, también se leía. Kairós, la editorial de Salvador Pániker, era la catedral del nuevo humanismo. Por sus páginas desfilaron pensadores como Allan Watts, destilando sabiduría oriental para mentes occidentales;

Theodore Roszak, quien bautizó a la contracultura; Paul Goodman, anarquista y soñador de utopías; y Erich Fromm, con su llamado a un amor libre, profundo y no posesivo.

También marcaron a esa generación obras como California Trip de María José Ragué, relatos de anti-psiquiatría, las historias de un joven Roberto Bolaño en su etapa barcelonesa, y los viajes chamánicos narrados por Carlos Castaneda.

SONIDOS, HUMO Y REVISTAS

La música y la hierba eran los pasaportes al nirvana. Disco Express, la revista musical creada por Joaquín Luqui en 1968 y llevada a Barcelona por Gay Mercader en 1978, se convirtió en una biblia para el movimiento. Mientras tanto, la radio amplificaba el eco contracultural con programas como «Al mil por mil» y «El clan de la una» en Radio Juventud (escúchalo aquí).

ESTILO HIPPIE: EL ARTE DE SER

El underground no solo pensaba y escuchaba: también se vestía a la moda hippie. Ropa holgada, estampados psicodélicos, flores y accesorios hechos a mano eran su bandera.

Broches, collares, pulseras de conchas y parches decoraban los cuerpos que promovían un cabello largo y natural, desafiando estéticas convencionales. La moda era un manifiesto, y cada prenda, una declaración de libertad.

LOS TEMPLOS DE LA NOCHE

La contracultura no vivía solo de letras y dibujos; también tenía su geografía nocturna.

Bares y clubes se llenaron de melenudos que buscaban un rincón para conspirar, crear o simplemente dejarse llevar. Entre los puntos clave estaban el Café Moka, el American Soda, el Café de la Ópera, el Drugstore del Liceo, el Bar London, el Marsella, el Café de Brasil, la Casa Nostra, el Saló Magic, junto al Born, el Jazz Colón y Les Enfants Terribles, la primera discoteca de Barcelona.

ZELESTE: EL TEMPLO DE LA MÚSICA

Si había un epicentro donde la música se vivía como un acto de rebeldía, ese era la sala Zeleste. Con su ambiente interclasista, atraía a intelectuales y jóvenes contraculturales por igual, creando una mezcla comparable al mítico Marquee Club de Londres.

LA BANDA SONORA DE UNA GENERACIÓN

El alma del movimiento se alimentaba de música que rompía barreras y expandía mentes. Estos jóvenes se dejaban llevar por el Rock psicodélico: The Velvet Underground, The Doors, Pink Floyd, Jefferson Airplane, el Blues y rock clásico de Jimi Hendrix y Janis Joplin y la canción protesta y el folk de Bob Dylan, Joan Baez o The Byrds

LA EXPLOSIÓN EDITORIAL: VOCES ÁCRATAS

En 1974, Ajoblanco irrumpió en la escena como un grito libertario desencantado del rumbo de la izquierda profundizando en los debates teóricos y filosóficos de la contracultura.

En 1974 surgió Star (1974-1980), que hizo historia al publicar el primer cómic underground español fruto del talento de Nazario, los hermanos Josep y Miquel Farriol, y Javier Mariscal. Era El Rrollo Enmascarado.

En los años siguientes, la movida se puso más caliente con la llegada de nuevos panfletos que ampliaron el panorama. Ozono cayó como una bomba en el 75 y El Viejo Topo se sumó a la fiesta un año después, en el 76.

Los intelectuales de la contracultura y todos los que iban de modernos se pasaban el día en Zap 275. Fue la primera librería especializada en cómix y cultura underground, montada por un tío llamado Jaume Fargas en la calle Espartería, al ladito del Born. En 1977, la llama continuó con la apertura de la librería Makoki, un nuevo santuario para los inconformistas.

Mientras tanto, artistas radicales como Ocaña desafiaban los convencionalismos con sus exposiciones en la galería Mec Mec, convirtiendo cada muestra en un acto de provocación y resistencia.

EL GRUP DE FOLK: PIONEROS DEL ROCK CATALÁN

En 1967, el “Grup de Folk” emergió como un soplo de aire fresco dentro de la escena musical catalana. Propuesta alternativa a la “Nova Cançó”, su estilo festivo e innovador marcó un antes y un después, especialmente con el mítico concierto en el Parque de la Ciutadella en mayo de 1968.

Entre sus integrantes destacaron nombres como Pau Riba, Jaume Sisa, Oriol Tranvía, los hermanos Jordi y Albert Batiste, y Enric Herrera. Aunque el grupo se disolvió rápidamente, su legado inspiró la evolución del rock progresivo catalán.

DAMIÀ ESCUDER: EL FARO PSICODÉLICO

Figura relevante fue Damià Escuder fue mucho más que un pintor psicodélico, filósofo pacifista y mentor de artistas como Sisa y Pau Riba, Escuder se convirtió en un guía espiritual para una generación de jóvenes que buscaban algo más profundo.

El 27 Y 28 de noviembre de 1973 Gay & Company congregó 3500 jóvenes en el Palacio de los Deportes de Granollers para bailar, colocados a tope, al ritmo de King Crimson.

CANET ROCK: EL WOODSTOCK MEDITERRÁNEO

En 1975, “Zeleste” y “La Trinca”unieron fuerzas para organizar el primer “Canet Rock”, un festival al aire libre que tomó inspiración directa de Woodstock. Bajo el sol y las estrellas, 25.000 jóvenes se congregaron para celebrar la música, la libertad y la contracultura. Canet Rock no fueron conciertos, fue un manifiesto de una generación que quería romper moldes.


EL TEATRO SE REINVENTA

En 1968, Adolfo Marsillach desafió las normas teatrales establecidas con su provocadora obra “Marat-Sade”, marcando un antes y un después en la escena española. Por su parte, el Institut del Teatre de Barcelona se distanció del teatro tradicional italiano y el texto convencional, abrazando influencias vanguardistas como Dario Fo y Lindsay Kemp, que inyectaron una nueva energía a los escenarios catalanes.

También en esta ola rompió esquemas el grupo teatral Comediants, fundado en 1971. Sus miembros, que se conocieron en el mítico American Soda de La Rambla, llevaron su espíritu creativo a una comunidad en Canet de Mar, a la que se unieron la Companya Elèctrica Dharma.

ELS JOGLARS: TEATRO Y RESISTENCIA

Un momento crucial para el teatro underground fue la consolidación de “Els Joglars” en 1972. Obras como ”Mary d’Ousmostraron su enfoque innovador, pero fue “La Torna(1977) la que encendió la chispa del escándalo, al ser prohibida por el régimen. Esta censura llevó a la carcel Modelo a Albert Boadella aunque pudo escaparse y marchar al exilio.

EL FEMINISMO ALZA LA VOZ

En mayo de 1976, las “Jornades Catalanes de la Dona” reunieron a más de 4.000 mujeres en el paraninfo de la Universidad de Barcelona.

PRIMERA MANIFESTACIÓN GAY

El 26 de junio de 1977 el FAGC (Front d´Alliberament gay de Catalunya) organizó la primera manifestación gay en las Ramblas solicitando que se eliminara la Ley de Peligrosidad Social que los marginaba FOTO: Armand de Fluvià y Jordi Petit ).

LAS JORNADAS LIBERTARIAS

Un mes después, las Jornadas Libertarias de Barcelona reunieron a medio millón de personas en el Parque Güell y el cine Diana. Organizadas por la CNT, Ajoblanco y otros colectivos libertarios, estas jornadas se convirtieron en un espacio de debate y acción.

El colectivo Video-Nou, pioneros del vídeo independiente, documentó el evento, dejando testimonio de un momento clave en la transformación social de Cataluña.

EL DESPERTAR DE UN BONITO SUEÑO

La efervescencia contracultural de los años 70 empezó a desvanecerse con la llegada de la transición democrática. Tras la muerte de Franco (1975), la proclamación de Juan Carlos I, la legalización de partidos (1976) y la aprobación de la Constitución (1978), el espíritu revolucionario dio paso a la política institucional. El PSOE alcanzó el poder en 1982 y Jordi Pujol ascendió a la Generalitat en 1983.

Los jóvenes comenzaron a “colocarse” en el mundo laboral. Esta época vio el nacimiento de la «movida madrileña«, una mezcla de cultura underground y casticismo. La era hippie daba su último aliento. Muchos jóvenes se reubicaron en el mundo laboral, mientras que otros huyeron del caos urbano para refugiarse en pueblos más tranquilos y económicos.

Pero no todos siguieron el mismo camino. Los hijos de papá se reciclaron como yuppies, cambiando los porros por farlopa. Por otro lado, emergieron los punkies, que se inclinaron por la heroína, un veneno que dejó una cicatriz profunda en la juventud de la época.

EL LEGADO UNDERGROUND

Aunque la contracultura de los años 70 llegó a su fin, su impacto permanece. Las semillas plantadas en ese tiempo germinaron en luchas contemporáneas como el ecologismo, hoy apremiado por el cambio climático, y la lucha por la igualdad de género.


AGRADECIMIENTOS

https://www.youtube.com/watch?v=E9VHoIPmRpY

Pepe Ribas

Francesc Boldú

Pepe Domenech Graells

Nazario, La vida cotidiana del dibujante underground

http://lwsn.net/presentacio

https://palaurobert.gencat.cat/es/exposicions/sala3/2021/underground/index.html

http://lwsn.net/article/zap-275-jaume-fargas

Rrollo: https://www.youtube.com/watch?v=I3DBZPNe0Pw&t=215s

Víbora: https://www.youtube.com/watch?v=7iUwsvMac5o&t=139s

Entrevista a Nazario: https://youtu.be/KGiuZV2Y4ts?si=E0zRyowAo6S0Fwoq 

Especial Star book, El comix marginal español. Producciones editoriales

Racionero, Luis, Filosofías del underground

Video: Barcelona era una fiesta (Underground. 1970-1980)

Francesc Fábregas.

FOTOS

Jesús Atienza

Fons Pilar Aymerich

ANC

Colita

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